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jueves, julio 09, 2009

Otra voz

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Este post va sólo con texto, así que hoy, por un día, prohíbido hacer fotos:



Hoy me ha escrito un email ladelatiendadelasmascotas, que hace mucho que no se pasa por aquí, que me ha encantado, es denso, pero no tiene desperdicio:

Juan Rulfo dijo una vez que en la banalidad está la magia, supongo que se refería a esas cosas que conforman el paso del tiempo, como la sonrisa que encontraste en Colombia, o, como dijera Borges, la mano de un hombre que acaricia un perro. Con la palabra “banalidad”, el escritor mexicano, quiso segnalar todos esos microacontecimientos que se suceden y llamamos rutina. Un hombre que cultiva un jardín, la forma de las nubes en el desierto, el que agradece que en la tierra haya música, el sonido de una moto que baja una calle,los que juegan un silencioso ajedrez, la brisa del Atlántico que mueve la cortina una habitación, quien descubre la mirada de Miles Davis en la espuma de los días, cada dibujo del caleidoscopio, aquel que se pasea para escuchar el río, los pasos del errante minotauro en el laberinto, el hilo de Ariadna, las ridículas cartas de amor de las que hablaba Pessoa. Banalidad, cosas banales, historias intrascendentes, acontecimientos triviales, que efectivamente llenan las horas en el eco del reloj de la memoria. Esa es la banalidad donde se esconde la magia, el realismo mágico, de la que no podemos escapar ni tú ni yo, cada uno contextualizado por el espacio y lo que no es espacio, y de la que sin embargo, siempre estamos (no me refiero necesariamente a tí) en constante fuga como si esa huída no fuera más que un fin en sí mismo. Como quien espera caminando por el borde del carril a que aparezca ese Land Rover sabiendo que no hay Land Rover y sólo hay carril. Esa es la banalidad que nos iguala.


Ahora bien, existe otra “banalidad”, que no nace forzosamente por el desconocimiento de una realidad.,y aunque sin duda la ignorancia es atrevida, no es necesariamente causa de lo banal. Me refiero a cuando la “banalidad” abandona la magia y se convierte en esa futilidad que muchos practican por inercia, esa actitud de que todo lo que ocurre alrededor de alguien (sabiendo ese alguien que el mundo se pudre entorno a él) no importa lo suficiente mientras él siga manteniéndose distante de esa realidad, habitando la parte amable del espejo. Esa solemnidad pueril con que alguien mira a los ojos profundos del mundo a través del espejo para terminar haciendose cómplice de lo que intuye que ve al mirar a los ojos profundos del mundo a través del espejo. La banalidad de quien decide salvarse, esa es la banalidad de la que no nos habla Juan Rulfo.

[...escribirte...] me pareció en definitiva, una manera de salvarte, de salir del paso, de evitar mirar a los ojos profundos del mundo a través del espejo, habitando esa parte que todos habitamos.

Todos practicamos este tipo de banalidad ( excusándonos o no en una falta de aspiraciones pretenciosas), como practicamos la banalidad llena de magia. No te falta razón cuando dices que mediante recursos y formalidades el ser humano (el poderoso, el que controla los medios de comunicación, el que hace y aplica la ley, el que decide que son y que no son las cosas, el que traza una linea y dice en que parte está la bondad del mundo, el que parte y reparte, el que llena de significados los conceptos, el que conceptualiza la realidad, el que manipula el lenguaje) puede de transformar algo banal en algo importante. Lo percibimos constantemente, me falta tiempo y papel para poner ejemplos. Pero que todo es banal, aquí te equivocas. No es banal que las empresas tengan los mismos derechos legales que los ciudadanos cuando eres un trabajador, no es banal el lenguaje cuando ese lenguaje define lo que eres, no es banal la linea que se traza cuando la bondad y tu no estáis en la misma parte , no es banal la realidad cuando te quedaste sin trozo de la tarta, igual que no son banales cada remordimiento y cada lágrima, cada sonrisa encontrada en Colombia, el hombre que cultiva un jardín, la forma de las nubes en el desierto, el que agradece que en la tierra haya música, el sonido de una moto que baja una calle,los que juegan un silencioso ajedrez, la brisa del Atlántico que mueve la cortina una habitación, quien descubre la mirada de Miles Davis en la espuma de los días, cada dibujo del caleidoscopio, aquel que se pasea para escuchar el río, los pasos del errante minotauro en el laberinto, el hilo de Ariadna, las ridículas cartas de amor de las que hablaba Pessoa.


Me ha encantado su email, ha tocado un debate que llevo conmigo mismo.. iba a decir desde que volví de Kiev, pero no es así, desde que hace años descubrí una vida llena de novedades, de aventuras.. y me pregunto si es esa vida la fuente de todo, o si es posible mantener ese mismo espíritu en tu pueblo.

Esto le he contestado a ella, y os contesto a vosotros:

"Me ha encantado.

Porque así lo sentía yo cuando lo escribía. No sé muy bien cómo explicarlo, pero la segunda banalidad de la que me hablas, realmente la estoy viviendo últimamente, y más que mirar la parte amable del espejo, es verme invadido por un cinismo que hace que no me importe mucho mirar al espejo, o menor dicho lo que vea en él... un relativismo tan extremo y exagerado que es, en realidad, cinismo pasota [...] he llegado a mil revoluciones y ni siquiera sé si quiero bajar el pistón y volver a meter la cabeza en las oscuras profundidades, o si prefiero practicar la fútil banalidad, pero no por inercia, si no por consciente y premeditada decisión."

Esto puede ser fruto de muchas cosas... cansancio momentáneo, no sé. También puede ser de algo que nos pasa a este grupo de personajes, y que podéis ver muy claramente si seguís el blgo de David en Yakarta... como él mismo cuenta en su post No te lo comas, cuando vives fuera vives un proceso de asilvestramiento, de "apersonalización y desacostumbración" fundamental para la supervivencia... en casa, sucede todo lo contrario. Muchos no estaréis de acuerdo.. pues probad a andar descalzos por los despachos de vuestra empresa madrileña, a ver cuánto duráis. Parecen grandes tonterías, banales también ;-), pero no lo son, son pequeños peldaños que te hacen situarte en un estado de alerta y aprendizaje diario, si estás dispuesto a ello.

O quizás silmplemente es que el post no le ha gustado a lachicadelatienda... pero la cosa es que yo mismo mientras escribía, no paraba de decirme:



A vosotros qué os parece?

Saludos a todos!

12 comentarios:

Anónimo dijo...

me encanta Astrud!

Anónimo dijo...

Otro apunte, me acabo de leer el post de tu amigo David. Saco varias conclusiones: la primera, ya veo que el proceso de asilvestramiento del que habla David no se ha llevado a cabo en su totalidad: cuando se coma el postre viscoso, caliente y con grumos (ya sabemos que aunque no se trata de una tarta Schawzwald, el postre chino existe pero resulta que es algo viscoso, caliente y con grumos, lo que no deja de ser postre) con tanta facilidad como desguta cucarachas cubiertas de chocolate, habrá llegado este proceso a su fin.

En segundo lugar, creo que este post de David no tiene nada que ver con tu post de Colombia ni con la banalidad que percibí en él ni con el correo que te mandé. En mi opinión, en ese proceso de asilvestramiento que nos explica no hay nada de banalización de la realidad, el vivir fuera de tu casa y adaptarte (o no) a esa nueva cultura ( en fin, tampoco es que tengas que ir muchos más allá de los límites gastronómicos cuando nos encontramos en determinados países del mundo, de la historia del mundo como crisol de diferentes y hermosas culturas apenas nos queda la música folklórica y los postres chinos) no es un proceso que te empuje a aislarte del mundo (tu realidad y las otras realidades ) y hacer un análisis pueril de él, más bien, todo lo contrario.: habitar otros lugares no te ayudaba a comprender mejor el mundo, tu propio contexto y como se conectaba tu realidad con las otras realidades?, este proceso de comprensión no es únicamente posible desde la humildad vital y la relativización de los prejuicios y arquetipos que heredamos culturalmente?, esta relativización no supone todo lo contrario al proceso de banalización ?. Relativizar no es banalizar. Tu comentario a tu respuesta a mi correo, destapa una realidad bastante triste. Yo creo que simplemente te equivocas y mezclas conceptos, supongo que no querrás dar a entender que ese grupo de personjes de los que hablas no son más que un grupo de jóvenes cansados con buenos sueldos que lejos de relativizar y desconstruir “lo real”, terminan practicando la futilidad en el análisis y la indolencia en las conclusiones. Me refiero a esa realidad que ya anunciara Rimbaud en su poema "Una temporada en el infierno". El poeta emprendió un viaje que lo llevaría hasta Etiopía, aspiraba a habitar “lo salvaje”, a asilvestrarse como medio de catarsis. Terminó haciéndose traficante de armas. “Tendré oro: viviré ocioso y seré brutal.”, sentenció.

En tercer lugar, que en Espagna, y más concretamente en Madrid, haya que guardar unas formas (no poder andar descalzo, ponerse camisa para ir la trabajo, en fin todos esos detalles que conforman la escena laboral espagnola), no es más que es el reflejo del catetismo que se respira en los niveles de mando superiores e intermedios (ya lo escribe Javier Marías, el jefe espagnol es nefasto. . Dicho sea de paso, agradezco que nos ahorren el tener que visionar las garras de los colegas de trabajo). Aunque desde el punto de vista de alguien ajeno a esta “cultura del trabajo”, es un excitante reto como pedir el postre chino.

Por último, es que he vuelto a releer lo del post de David, tu comentario de los pistones y las marchas, lo de andar descalzo por tu despacho de Madrid, lo de la banalidad, y te lo digo sinceramente, no entiendo que quieres transmitir exactamente, a parte de que “todo te parece una mierda”. Viva Astrud. Absténganse de entender algo de lo que escribo los que no leyeron el post de Edu sobre Colombia, el post Otra voz y el post de David sobre el postre chino.

Anónimo dijo...

http://www.rebelion.org/noticia.php?id=80203 , un artículo nada banal

DdeAndrés dijo...

David se comió el postre chino. Por eso dice: No te lo comas.

Anónimo dijo...

Comerse el postre chino no es decir simplemente no te lo comas, comerse el postre chino es comerse el postre chino tantas veces como veces has confundido ratas con gatos. Al menos para que sea finalizado el proceso de asilvestramiento.

Ismael dijo...

No es ninguna metáfora: yo ando descalzo por mi trabajo. Y me gusta.

Mas allá de esta banalidad, me alegro de recorrer rincones desconocidos, no necesariamente del mundo- aunque tambien, a traves de este blog, nuestras discusiones y debates en espiral y las fotos que, estas si, dicen más que mil palabras.

Según el dicionario, banal "es trivial, sin valor o interes". Reconozco que es decadente empezar un párrafo con "según el diccionario"; pero precisamnete en este caso muestra lo inútil que puede ser una definición cuando el mundo se resiste y se revela ante sus límites. Incluso en la propia oficial definición asoman las cotradicciones de una pálabra conflictiva hasta el tuétano, como si trivial, por el hecho de ser conocido por cualquiera, no tuviera ningún valor. Y a todos nos da la risa. Y eso es bueno; reirse quiero decir.

Con todo, incluso en su peor acepción, un día puede tener uno o una un arranque de banalidad y revolcarse en el charco que es viajar sin aprender, leer sin pensar, o contratar un todo incluido en un hotel de 5 estrellas con vistas al mar. Mientras sea anécdota y no costumbre, yo no me preocuparia mucho.

El que no pueda, tendrá que seguir con los zapatos puestos en el trabajo. Pero disfrutará mucho más cuando se los quite al llegar a casa.

DdeAndrés dijo...

Si me como el postre y no me gusta, ¿por qué habría de comérmelo 100 veces? pero vamos ni un 甜點, ni un arroz con leche de los que preparaba mi madre.
Endevé, estos jóvenes...

Anónimo dijo...

Por qué hablabas en tercera persona?. El postre te sentó mal.

Anónimo dijo...

Exacto, mientras sea anécdota y no inercia crónica.

Anónimo dijo...

BANAL: viene del francés (finales del siglo XII) y correspondia en aquel entonces a lo que pertenecia al señor feudal y también designaba a lo qua era común a los vecinos de un pueblo, por ejemplo un horno o un lavadero. La palabra viene de "ban"=proclamación del señor feudal y comparte su raiz con bandir.

BALADIN: viene del arabe, significa "del País", "nacional" opuesto a estranjero, por eso tomó el sentido de "poco importante", porqué se suele creer que lo que viene de lejos es mejor, más estimable, más caro.

Edu dijo...

Hola a todos!!

lo primero, es que me encanta que os animéis a comentar los posts... el blog nace para teneros a todos más cerquita, pero si no os manifestáis, ni cuenta me doy y me parece que hablo solo... imaginaos que coñazo.

Y esta introducción es también mi respuesta, si es que se esperaba alguna. Ése, ser un punto de encuetro y de almacenamiento de tiempo es lo que creo que no s mueve a escribir aqui a mi y a Alberto, nunca esperamos que nadie más que él y yo lo leyésemos, nos sorprendió que lo hicieséis, y más aún, que a alguno le gustase e interesase. Así que lo que no voy a hacer ahora es sorprenderme porque no os guste un podt, y muchísimo meno intentar conveceros de que os tenga que gustar... lo que me extraña es que os haya llegado a gustar alguno!!!

Pero dicho esto, paso a participar del debate y del encuentro, del obejtivo del blog..viva!! y viva lachicadelatienda por reavivarlo! y la pubertad!

Yo tampoco entiendo muy bien lo que ella quiere decri, la verdad. O no estoy de acuerdo, quizás los dos tenemos claros los conceptos, pero los nuestros, y quizás son diferentes entre sí. No sé muy bien a que "realidad bastante triste" te refieres que destapo... ni qué es "practicar la futilidad en el análisis y la indolencia en las conclusiones". Me parecería un poco hipócrita no admitir que algo parecido, cada uno dentro de nuestras posibilidades, lo hacemos. Estoy mucho más de acuerdo con el planteamineto de Fernando, (http://edurejon.blogspot.com/2008/06/haba-visto-estas-pelculas-hace-aos.html, que nos dice en "lugares comunes" aquello de "El lúcido puede seguir viviendo mientras conserve el instinto de la especie, el impulso vital [...] si uno no sigue, todo sigue sin uno y sigue igual. Todo pasa, la ausencia pasa. Se conoce a la muerte antes de morir: es un final antiguo, rutinario y común. Es un final deseado que se espera sin temor, porque uno lo ha vivido muchas veces. Todo da igual.”

Con eso sí que estoy de acuerdo. Por eso creo que se puede ir a Bogotá y hablar de ella sin hablar de las FARC, de Uribe o de cosas de las que en mi caso, no tengo ni idea. Precisamente, e intentaba plasmar eso en el post, esa es una de las cosas que me encantaron de Bogotá, ese instinto vital y vitalista de la gente allí, de esa sonrisa. Tampoco me emapapó mucho más ni me dejó huella mas profunda, pasé poco tiempo allí, y la mayoría de tiempo trabajando. Pero no quería dejar de contároslo, como os hablé de mi primer amor y de mi amante amada, os hablo de este breve encuentro, este cruce de miradas que me dió calor.

Saludos a todos.

Anónimo dijo...

http://www.elpais.com/articulo/revista/agosto/Libros/armas/elpepirdv/20090721elpepirdv_3/Tes