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lunes, junio 30, 2008

Un Lugar Común H

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“Voz de Fernando (O.S.): La lucidez es un don y es un castigo. Está todo en la palabra: Lúcido viene de Lucifer, el Arcángel rebelde, el Demonio… Pero también se llama Lucifer el Lucero del Alba, la primera estrella, la más brillante, la última en apagarse… Lúcido viene de Lucifer y de Lucifer viene Lux, de Ferous, que quiere decir ‘el que tiene luz, el que genera luz que permite la visión interior’… El bien y el mal, todo junto. La lucidez es dolor, y el único placer que uno puede conocer, lo único que se parecerá remotamente a la alegría, será el placer de ser consciente de la propia lucidez… "El silencio de la compresión del mero estar. En esto se van los años. En esto se fue la bella alegría animal". Pizarnik genial.
(…)
Voz de Fernando (O.S.): El lúcido puede seguir viviendo mientras conserve el instinto de la especie, el impulso vital. Es muy posible que con los años esa fuerza instintiva y oscura se pierda. Es necesario entonces apelar a algo parecido a la fe. Hay que inventarse un motivo, una meta que nos permita reemplazar el impulso animal que se ha perdido por una voluntad fríamente racional. Pero esa voluntad es un motor muy difícil de mantener. De repente y sin motivo, se va, se apaga, desaparece. Es entonces cuando se sigue o no se sigue, se puede o no se puede.
Y si no se puede, no hay culpa. No importa el amor de los otros, ni el amor que uno siente por ellos. Si uno no sigue, todo sigue sin uno y sigue igual. Todo pasa, la ausencia pasa. Se conoce a la muerte antes de morir: es un final antiguo, rutinario y común. Es un final deseado que se espera sin temor, porque uno lo ha vivido muchas veces. Todo da igual.”


Este es un fragmento de Lugares comunes, de Adolfo Aristarain.
Había visto esta película hace años, varias veces, pero desde hacía algún tiempo no la había vuelto a ver. Hace poco he vuelto a ver esta y Un lugar en el mundo, y las he redescubierto. He visto en ellas cosas nuevas, cosas que había pasado por alto o que no podía ver hace algunos años. Como no podemos entender las palabras de un idioma que no conocemos.

Me imagino que la mayoría de vosotros conoce este director y sus películas. Es el mismo de "Martín Hache" y de "Roma". Lugares comunes y un lugar en el mundo, son en realidad una misma película dividida en dos... y también hay mucho de las dos en Roma. En realidad, creo que Adolfo Aristain debería haber sido un autor de una sola película, como hay escritores de un solo libro. En efecto lo es, pero claro, el hombre también tiene que comer, y tres películas con tres títulos diferentes dejan más que una sola... o mejor dicho, vender un película tres veces deja más dinero que venderla una.

Pero esto no quita que no sea un placer ver cualquiera de ellas, por como nos cuenta su forma de entender la vida, de relacionarse con este mundo. Claro que una es un poco más inocente, otra un poco más pesimista, están hechas en momentos diferentes y me imagino que con diferentes estado de ánimo. Pero en todas ellas hay unos elementos comunes que las unen, que nos dejan ver la mano y la sensibilidad extraordinaria de este director, y de una inteligencia de la que dejan prueba los diálogos. Más que nada diría que hay un elemento que las une: la vida. La vida contada con una "lucidez" y una sencillez maravillosa. De estas películas que cuando ves piensas, o al menos yo pienso, que si alguna vez hiciese o escribiese algo querría que se pareciese mucho a eso, porque en ello está todo, porque no hay mucho más que contar. Y sobre todo por lo bien que lo hace.

Me producen sensaciones muy parecidas que Nuovo Cinema Paradiso, o que un libro que os recomiendo a todos que se llama "Il giorno del giudizio" (El día del juicio). La emoción de la obra de arte delante tuya, de la vida contada por alguien que tiene la capacidad para cortarla en trocitos y dártela a probar (la vida, malpensados) con la palabra y la imagen, que te aporta un poco de su lucidez, y que te invita a vivirla de forma tan plena como para poder probar en ti mismo todas esas sensaciones, esa plenitud, esa lucidez.

Creo además, que esa es una gran función o una bonita posibilidad del cine y la literatura hoy: su posibilidad de llegar a tanta gente y poder educar esa sensibilidad de las pequeñas cosas, que tantas satisfacciones da, y que tantas frustraciones evita. Aunque a veces soy pesimista, y como yo he visto en estas películas hoy cosas que ayer no veía, muchas veces pienso que películas como Lugares comunes están hechas de nosotros para nosotros, para los que ya hablamos y entendemos ese idioma. Y el que no lo habla, se quedará con las imágenes, que será lo que podrá ver. Tengo la fortuna inmensa de ser deudor por la ley de Atenas, y seguramente es por ello por lo que disfruto de estas películas y no al revés:

Ley de atenas:


Me imagino que debe ser una persona que ha viajado bastante, vivido en sitios diferentes, porque muchas de sus reflexiones responden a preguntas que te haces cuando te vas de un sitio en el que has sido muy feliz (espero que vosotros también lo tengáis, yo tengo el mío, Freiburg), y cuando sigues buscando esa felicidad, independientemente de donde te lleve la vida:

Final de un lugar en el mundo:


…hasta que acabas por darte cuenta que ese sitio está en ti, y en las personas que te acompañan, que hablan tu idioma:



Como os he dicho, todas tienen algo en común: la vida, expresada en obra de arte. Y como aquellas mejores, universales, recordándote que la vida es algo que se va, y que nadie te avisa cuando, que tu te construyes ladrillo a ladrillo, pero que no sabes cuando se parará la obra, por lo que no te puedes esperar a que esté terminada para que quede bonita. Es un proyecto de día a día. En el que siempre estás a tiempo para arreglarlo, pero solo hoy. Porque “el futuro es un engaño, un ficción”. Grande.



Totó se conmueve porque la vida que ha elegido se lo permite, porque su fidelidad a sí mismo le ha permitido crecer y desarrollar su sensibilidad. Si se hubiese quedado en su pueblo a hacer una promotora inmobiliaria y forrarse de dinero, quizás cuando encontró las cintas, los recortes de película, ni recordaría quien los podría haber hecho. Ni soportaría recordarlo. Como Luis.

Viva el cine.

Und liebe Grüsse für alle meine deutsche Freunden. Es tut mir leid! ;-)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

..esto es Edu

Anónimo dijo...

Me ha encantado. Un abrazo.