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jueves, diciembre 04, 2008

Mino en la Mina o Royal Pali

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Nuestro amigo Ferdi, al que conozco desde que éramos auténticos churumbeles, vive y trabaja en Londres. Allá que iba a verle nuestro otro amigo Coki, otro de la churumbelía, con la gabacha más sevillana que te puedes encontrar. Que hasta se sabe el himno del Sevilla, y te lo canta entre candem town y que te echa la pota en un bar cualquiera londinense. Yo el jueves a la hora de comer estaba hablando con mis compis de Kiev de dónde podíamos salir el viernes, de la fiesta que íbamos a organizar para el sábado… por la tarde recibo un email y veinticuatro horas más tarde estoy en un avión camino a Londres, “¿jefe, te importa si mi último día de vacaciones lo quemo el lunes?” P’adelante.

Ese viernes por la noche me encuentro de repente en un bar donde me lleva Ferdi, alías Mino, y que en un par de horas se convierte en un pali londinense, un pali en pleno Soho (¿era en el soho no Mino?). Entre expatriados del pali sevillanos, adheridos, mein Freund Álvaro y demás, unos 20 o 30 españoles estábamos liándola en la terracilla de un bar (en Londres sí se puede beber en la calle, sí se puede disfrutar de la ciudad, al menos en el Royal Pali), lo que además permite que la gente se salga a fumar y se pueda ver dentro del bar sin infrarrojos y sin que te piquen y te duelas los ojos hasta que se te cierren.

Londres me encantó… sólo pude intuirla, pero me gustó su ambiente, me encantó el domingo en Candom Town, de mercadillos, de cervecitas pint, culminado en el 1001, un local que parece hecho en una antigua industria, con un patio en el que hay una barbacoa en la que se puede hacer una vaca entera si trocearla, con sus mesitas fueras y que en primavera tiene que ser un paraíso.

Y cómo en todos lo viajes que he hecho este año a Europa, una sensación muy extraña. De repente llego a una ciudad como Londres y conozco allí casi más gente que en Sevilla, paso tres días increíbles allí, con gentes de antiguas vidas y de vidas nuevas, que se mezclan y se compenetran, se completan. Y luego me vuelvo a ir. Me vuelvo a la lejana Ucrania, que pese a no estar muy lejos geográficamente es un mundo diferente y que se mueve en líneas paralelas a esos de Europa que se mezclan entre sí. En los que Sevilla es Londres, Londres es Freiburg, Sanlúcar, Galicia e Italia a la vez. Kiev no. Kiev es siempre Kiev, avanza en paralelo, y los dos o tres días que tardes en darte cuenta puedes incluso llegar a enfadarte con ella. Simplemente porque te arrolla, te lleva por delante sin piedad. Pero ella qué culpa tiene.

Sin embargo esa dureza, esa adrenalina, ese reto diario, lo voy a echar mucho de menos cuando me sumerja de nuevo en nuestra vidas de rutinas, calmantes y somníferos. Espero que el bombardeo no me haga olvidar todo lo vivido este año, la importancia de que el bienestar emane de ti mismo, que es una creación y no una adquisición. Y eso que aquí no son budistas.

Fotillos de la escapada londinense:

Pincha la palabra DIVERSION

Y un poquito de música, animadita:

Young Folks (Sound Advice Ruff Remix) - Peter Bjorn & John


Besos y abrazos. Mañana me piro a Berlín, así que si alguien anda por allí que levante la mano!!

3 comentarios:

Miss Brightside dijo...

Sí que estás aprovechando el final de la aventura....qué envidia¡¡¡ Aunque esto m pasa por seguir leyendo blogs de inadaptados en activo...sumergida ya en la vida de rutinas, calmantes y soníferos.

Disfruta y hasta pronto

Anónimo dijo...

No sabes lo que me gusta tu blog, por favor, sigue escribiendo historias tan interesantes como las que has escrito hasta ahora, como las que han llegado a conmoverme o han conseguido hacerme reir.

Edu dijo...

No sabes lo que me gusta y sorprende que a alguien que no seamos yo o Alberto o mi abuela le pueda gustar e interesar este blog.

Lo intentaremos... aunque es fácil escribir cosas interesante cuando vives en un sitio como Ucrania... basta hacer de espejo.

Un saludo!